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El impacto mundial y regional de los desperdicios y la pérdida de alimentos

El 3 de agosto, tuvo lugar el seminario “Desperdicios y pérdida de alimentos: perspectiva en Latinoamérica y futuro”, un nuevo encuentro que reunió al MITA y la FAO, y que convocó a un centenar de asistentes. El evento permitió estrechar aún más esta relación de colaboración académica que busca, en principio, difundir conocimientos en relación con los alimentos y la sustentabilidad.

El Lic. Jorge Comesaña, moderador del encuentro, coordinador técnico del PCyT- FAUBA y docente del MITA, dio la bienvenida y una introducción al seminario, mediante la que presentó a Carlos B. Cherniak, Embajador Plenipotenciario, representante permanente de la República Argentina ante los organismos de las Naciones Unidas en Roma – FAO, FIDA y PMA; a la disertante Dra. Marcela Villarreal, directora de la División de Asociaciones y Colaboración con las Naciones Unidas, y al Lic. Alessandro Piovesana, director de Gestión del MITA, quien agradeció también la presencia del Prof. Giuseppe Bonazzi, director del MITA; de las autoridades de la FAUBA; del Dr. Leonardo Peroni, de la División Académica y de Investigación de la FAO, y de la Dra. Rosa Bertone, coordinadora de la Diplomatura en Sustentabilidad en la Industria de los Alimentos del PCyT-FAUBA.

A continuación, el Sr. Carlos Cherniak inició su participación señalando que si bien “no es fácil que las grandes ideas se puedan concretar y llevar a la práctica”, en este caso sí pudo hacerse a través del trabajo mancomunado. En esta línea, remarcó que en esta temática “es imposible llevar adelante una estrategia con una visión sistémica si no involucramos a una enorme cantidad de actores que son esenciales para tener el mejor material y la mejor estrategia posible”.

Acerca del compromiso de la Argentina sobre el tema de pérdidas y desperdicios, (meta 12.3 de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible), Cherniak aseguró que el país es pionero en cuanto al trabajo sobre esta meta, que requiere caminar hacia un futuro de producción y consumo más sostenible y eficiente. Sin soluciones mágicas, sin dudas, se requiere el intercambio de saberes, buenas prácticas, participación activa y una apuesta a la innovación en distintos planos.

Un dato impactante señalado por Cherniak, surgido de un informe de la FAO de 2011, estableció que se desecha el 30 % de la oferta alimentaria mundial, lo que provocó el inicio de un proceso de concientización. Para comprender el alcance de esta problemática a través de ejemplos puntuales, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación realizó en 2013 una primera estimación sobre pérdida y desperdicios de alimentos en 7 sectores de alimentos, en la que se identificó que las frutas de carozo y las hortalizas son las que mayor porcentaje de pérdida y desperdicio.

Cherniak fue concluyente acerca de la necesidad de involucrar al sector público y al privado para poder profundizar en la investigación de cada eslabón de la cadena productiva para llevar adelante acciones más efectivas contra el desperdicio de alimentos. Y esto es fundamental, ya que en la Argentina, a pesar del plan nacional elaborado para reducir pérdidas y desperdicios, se pierden 16 millones de toneladas al año de alimentos, y las causas que provocan esto son similares en la Argentina y en otros países de la región, y se relacionan con características estructurales, de coordinación y de planificación.

Haciendo hincapié en el orgullo de la FAO de colaborar en esta iniciativa con el MITA, con la FAUBA y con la Universidad de Parma, la Dra. Marcela Villarreal comenzó su disertación. Destacó los cambios en las cifras desde la reunión virtual de mayo a la actual y actualizó las cifras, como la que refiere a las personas que sufren hambre crónica, que abarca 768 millones de personas (1 de cada 10 personas, para apreciarlo con mayor claridad). A su vez, recalcó que si bien el sistema alimentario mundial produce suficientes alimentos para cada uno de los seres humanos del planeta, hay una enorme incidencia del hambre y de personas que sufren de malnutrición, en todas sus formas. Por otro lado, 155 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria aguda mientras que hay más de 672 millones de obesos.

¿El COVID-19 influyó? La Dra. Villarreal marcó que, efectivamente, el aumento de la pobreza generó un aumento del hambre en 2020: de 118 millones a 161 millones más con respecto a 2019 sufriendo hambre crónica. Y en la zona correspondiente a América Latina y El Caribe se vienen registrando seis años de aumento consecutivo de cantidad de personas que sufren de inseguridad alimentaria, en un nivel moderado a grave. Así, el ODS 12.3 fue traído nuevamente a colación, ya que de aquí a 2030 establece como meta reducir el desperdicio de alimentos a la mitad, aunque no marca una meta específica para las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro.

Ahora, ¿qué se considera pérdida para la FAO? El período que se extiende desde la cosecha hasta la venta. Por otro lado, los desperdicios comienzan desde la venta al por menor y se miden también en el momento de consumo. Y los índices de pérdida resultan alarmantes calculados en pérdidas de millones de toneladas de alimentos (específicamente, a los hogares corresponde el 61 % del índice de desperdicio de alimentos, según un informe de la UNEP).

Para clarificar las causas que provocan tanto pérdidas como desperdicios, Villarreal estableció que en el primer caso, se inscriben condiciones climáticas, formas inadecuadas de la cosecha, manipulación y dificultades en la comercialización, condiciones de almacenamiento, entre otras. Con relación a los desperdicios, se registran la vida útil limitada, la mala planificación de las compras, el almacenamiento inadecuado en el hogar, la variabilidad en la demanda, el precio y las normas estéticas que hacen que, por ejemplo, una fruta no sea aceptada en un supermercado.

Retomando la idea del proceso de concientización señalado por Cherniak, destacó que gracias a la Argentina “tenemos un Día Internacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicios”, fijado el 29 de septiembre con miras a lograr cambios en los comportamientos de las personas.

En la conclusión y focalizándose en las políticas necesarias para mitigar la problemática del seminario, la Dra. Villarreal señaló que necesariamente estas debían tener un enfoque de sistema alimentario para evitar beneficios para algunos e impactos negativos para el otro, y ejemplificó señalando que en la búsqueda por garantizar la inocuidad de los alimentos, un tema de sumo interés para el MITA, el descarte de alimentos nocivos es una forma de garantizarla aunque, al mismo tiempo, este descarte se contabiliza dentro de pérdidas y desperdicios.

En la habitual ronda de consultas de cierre, la Dra. Villarreal contestó las diversas preguntas de los asistentes y recibió felicitaciones por su exposición.

Agradecemos a todos los presentes en este nuevo seminario enfocado en una problemática que involucra la industria de los alimentos y la sustentabilidad.

Para visualizar al seminario completo:

También lo invitamos a acceder a través de este enlace: https://youtu.be/0QjYBMLHkcQ

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